Poemas para la madre muerta![]()
Ante las madres muertasMi mano es en este día para mi ofrenda de hijoTan sólo notas tristes a mi laúd arranca, Porque aunque ahora de todos vosotros me dirijo, Únicamente se halla mi pensamiento fijo en los que el pecho atristan con esta insignia blanca. Venís ante estas calles sombrías y desiertas en procesión solemne , con silencioso afán, las almas y pupilas de lágrimas cubiertas a visitar las tumbas de vuestras santas muertas, las madres que se fueron y nunca volverán.... Pero las tumbas de ellas escuchan lo que clamo; tenéis cerca a vosotros sus pálidos reflejos; podéis dejar en ellas el perfumado ramo... La tumba de mi alma, la tumba que yo amo también, también blanquea, pero se encuentra lejos Por eso yo a mi verso ruego que se vaya, que rasgue los espacios en alas de misterio, que salve el monte, el valle, la selva, la hondonada, que busque en una aldea su humilde cementerio. Penetre silencioso por la penumbra grave; Se pose en el follaje de un pino protector; allí sueñe un momento bajo la sombra suave; recuerde muchas cosas, y luego como un ave abra las tristes alas y cante su dolor Señor: en dónde se halla la madre que me diste? La que una noche trágica la tierra abandonó? Verdad que con brazos de amor la recogiste cuando en su níveo lecho, solemnemente triste, como azucena enferma su frente doblegó. La busco y no la encuentro; la llamo y no responde; La lloro y si escucha mi gemir; a mi dolor no acude , a mi ansiedad se esconde. La busco en el recuerdo y allí tan sólo es donde su dulce imagen pálida me vuelve a sonreir... En qué lejana estrella, en qué región ignota, en qué desierta isla de nebulosos flancos, sus dulces ojos brillan y su sonrisa brota? Señor: bajo qué cielos descocidos flota la seda luminosa de sus cabellos blancos? Más Tú no le contestas a mi filial cariño: Tiende ante Ti el silencio su negra y vasta alfombra... Tú dices : a mi reino con las tinieblas ciño... Y yo...Yo soy la imagen escuálida de un niño Perdido en una selva, gimiendo entre la sombra!... Oh! Madres, que entre cajas negras y carcomidas guardáis el hondo nido de nuestro loco afán... Oh madres! Que os quedasteis de súbito dormidas Sobre almohadas de piedra, dejando nuestras vidas Como hojas desprendidas que arrastra el huracán! No oís ahora , oh madres suspiros ultrahumanos ... No oís en vuestras tumbas un aletear de beso?... Somos nosotros: Somos los huérfanos hermanos que juntas nuestras almas y unidas nuestras manos estamos ante el frágil montón de vuestros huesos A dónde tenderían su vuelo triste y lento las madres que en la tierra cesaron de sufrir? Nada sabemos...Nada..Sólo de ese momento sabemos que en nosotros su último pensamiento se refugió temblando para poder morir... Quizás vaguen ahora con pavoroso anhelo por selvas de infinito pobladas de terror... Quizás de lo insondable las sobrecoja el hielo... Y nadie acuda al llanto de su hondo desconsuelo... Y nadie escuche el grito de su febril dolor. Quién sabe por qué sendas fantásticas e inciertas sus pobres plantas débiles errantes andarán... Quién sabe en qué regiones oscuras y desiertas hoy vagan tristemente gimiendo nuestras muertas, las madres que se fueron y nunca volverán! O acaso aquellas manos beatíficas y buenas cansadas del trabajo y heridas de dolor, en la caricia suaves, en la pasión serenas, hoy juegan entre los lirios y rosas y azucenas en los jardines puros del infinito amor... Acaso aquellas plantas que erraron fatigadas Hollando de la vida los ásperos senderos, hoy pisen blandamente las sendas nacaradas los plumones suaves de nubes sonrosadas bajo árboles azules con gajos de luceros... Talvez en este instante sus ojos adorados Mas ya lleguemos todos a esas sagradas losas; dejemos esas flores sobre su blanco altar... Que llenen de perfumes las brisas nemorosas y se marchen suaves , serenas, silenciosas, así como a esas madres las vimos marchitar... Adios! Madres del alma que en cajas entreabiertas guardáis el hondo nido de nuestro loco afán... Gozadad! Gozadad! Vosotros que las tenés despiertas Nosotros, en silencio, dejemos nuestras muertas. Las madres que se fueron y nunca volverán... Por ..... Carlos Mazo – Poeta colombiano. Más poemas para la madre
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